lunes, 15 de junio de 2009

Aprender de la vida


Las personas maduramos no por el simple hecho de vivir acontecimientos,
sino porque hemos tenido la capacidad de reflexionar sobre lo que hemos vivido y hemos sabido sacar consecuencias. También nos enriquece la relación con los otros, pero sólo si somos capaces de asimilar las vivencias y convertirse las en sustancia propia. Esto significa decir que necesitamos espacios de silencio interior, reflexión profunda con nosotros mismos. Todos sabemos que es difícil disponer de estos espacios de concentración porque la vida actual nos vierte a la extraversión, el ruido constante, etc. Todo ello impide la concentración, nos acostumbra a una vida "ha
cia fuera" de nosotros mismos. Así no sabremos reencontrarnos ni reflexionar.































No hay comentarios:

Publicar un comentario